En el frontespicio de la iglesia,aquella iglesia de pueblo pobre,se puede ver,como imagen compromisaria, la leyenda de un niño harapiento cambiar la palabra de paz por pan. Nos enseñó que puedes tener todo el dinero del mundo,pero que seras pobre sino eres capaz de dar y darte a los demás. que la palabra divina lo sera en mayor medida cuando el pastor del rebaño cuida y acrecienta los pastos.
Con el polvo de los caminos serranos, sus manos encallecidas y en su corazón todo el amor como lumbre de fuego, No solo predicó con palabras, nos enseñó con ejemplos,con su ejemplo de hombre singular y creyente.
Hoy acongojado y triste, le doy gracias a la vida por haberme dado la oportunidad de vivir en su tiempo, de conocerle y de tener la seguridad, a mi, ateo a destiempo, de saber que Dios es una realidad presente, porque solo él en su infinita bondad y misericordia pudo regalarle a Ocoa la presencia, el trabajo la bondad y el amor infinito de Luis, el padre Luis.
El ataúd con sus despojos mortales bajará a la tierra que tanto amó,se confundirá con ella,pero su presencia estará en cada flor, en cada gota de lluvia, en la brisa que acaricía el valle ocoeño y en la sonrisa de cada niño y cada hombre que aprendió de él el significado de las palabras entrega,dignidad y amor.
QUE NO SE PARE LA VIDA PUES HA MUERTO PARA VIVIR, EL PADRE LUIS QUINN.
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