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miércoles, 25 de mayo de 2011

EDUARDO CASAR

NO ES QUE LA MUERTE
No es que la muerte sea
Casa de segundo plano
plato de segunda fila
Que no le demos la importancia que tuvo
Simplemente no nos impone
Un respeto tan grande

Ni sabemos ni por que cempasúchil
Simplemente no nos arrodillamos
Simplemente le invitamos su trago
Le ponemos su disco
De sabina
Y amanece borracha con nosotros
Y se peina y se va.

LA OTRA
Agarrar a la sombra por los hombros.

Encararla.
Decirle sombra que eres mía.

Argumentar con ella. Escuchar sus razones
Oscuras.
Pulir los argumentos
Y tratar de que adopte nuestra cara.

Poco a poco
Convencer a la sombra de volverse un espejo.
Y luego darse cuenta de que no tiene caso
El esfuerzo invertido ( ni el precio del espejo)
Porque al pasar el tiempo nos desaíra la sombra.

Porque tanta insistencia. Durante tanto tiempo,
La fue volviendo noche. Y desaparecemos
Cuando lo cubre todo.

DOMINGO
Conozco a una mujer abierta por abajo.\
Se le hace agua la boca
Entre las piernas.

Me da la espalda pero no se aleja.

Nos volvemos a ver y se derrama.
Revuelve su cabello entre mi frente.

Parece que tuviera siete dedos
En una sola mano.

Sin ella no serviría el domingo.
No flotarían los barcos en la fronda del agua.

Conozco a una mujer abierta por abajo.

Ya tendría que comprar más espejos.


TU VOZ DENTRO DE MIS PALABRAS

Por qué no te desnudas las manos.
Por qué no me atraviesas con la boca.

Dentro de estas paredes el mundo se completa,

Muerde a la tierra el mar y el viento
Le estremece la espalda, el arco donde el sol
Hunde sus manos. Saliva extensa, intensa,
Sudor, noche y planeta. Por qué no me separas
Los dedos con tu boca, las piernas con la llamarada
Flexible y negra de tu cabellera.

Viájame por la sal, aprieta mis raíces.
No existiremos luego
Y no existimos antes. Súbete en los colores
Del día que va emergiendo. Abraza al bosque entero
Y cúmplete en un vuelo desplegado. Combina el filo
Entre la muelle densidad del agua.

Yedra tu corazón y que la vida estalle
Y la respiración
Sacuda su estructura y se desencadene.

Mira cómo me muevo entre tus brazos.
En tus manos desnudas, plenamente desnudas,
Con la voz sin ropaje y el gemido
Que tus labios retienen en mi boca.

Cierro mis ojos dentro de los tuyos.