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jueves, 9 de agosto de 2007

ENTREVISTA A EL CHE




Cultural
En el 75 aniversario del nacimiento de un mito
Entrevista improbable con el Dr. Guevara
- por César Sánchez Beras

CSB: Buenos días, Dr. Guevara. Agradezco la oportunidad que me brinda al concederme esta entrevista. Entremos en materia ¿Dónde nace usted?
EG: Gracias a usted por venir. Físicamente yo nací en Rosario, Argentina, un 14 de junio de 1928, con el nombre de Ernesto Guevara de la Cerna, pero los amigos me llaman Che. Pero así como uno no es de donde nace sino de donde es útil, así como uno no es de la tierra donde lo alumbran sino del lugar donde usted ama, es necesario que le diga que, he nacido en Argentina y que también soy cubano y si no se ofenden las ilustrísima señoría de Latinoamérica me siento tan patriota de Latinoamérica, de cualquier país, de Latinoamérica, como el que más y en el momento que fuera necesario, estaría dispuesto a entregar mi vida por la liberación de cualquiera de los países de Latinoamérica, sin pedirle nada a nadie, sin exigir nada, sin explotar a nadie.

CSB: Tengo entendido que usted es médico, dermatólogo.
EG: Sí, soy médico.

CSB: ¿No le parece que su profesión es antagónica con su cotidianidad, no cree usted que es irónico que siendo educado para salvar, use una ametralladora?
EG: No es antagónico, per se, ni tampoco es inusual. Muchas veces el galeno ha tenido que extirpar una parte, para salvar el todo, en la sala de cirugía me enseñaron a elegir entre un órgano infectado o la vida en su estadía más primordial. Partamos de esa primicia, soy dermatólogo por profesión, pero en el campo de lo sociopolítico he tenido la imperiosa necesidad de ser cirujano, he tenido que cortar, extirpar, segregar algunas gangrenas para salvar la América morena que heredamos de Martí, Duarte y San Martín.

CSB: Quienes han estado con usted en el campo de batalla, incluso, Fidel Alejandro y Camilo, han dicho que es un soldado excepcional y que si alguna sombra tiene es su exceso de agresividad, su desprecio por el peligro. ¿Es usted un suicida en potencia o se cree un guerrillero superdotado?
EG: Soy un hombre común, uno mas del montón salido, que afortunadamente entendió a tiempo su compromiso con la libertad y la dignidad latinoamericana. El grado de conciencia determina tu grado de compromiso y participación. No sería justo, no sería honesto, no sería meritorio, que ante la necesidad de un voluntario para la ejecución de una tarea yo espere que se levanten las manos de mis compañeros, para después arrimar las mías tímidamente. No soy suicida ni soy superdotado, lo que soy es enteramente consecuente con lo que predico. Las palabras deshonran cuando no tienen una praxis que la sustenten y un corazón sincero que las motive. Quien aprendió más, quien recibió mayor entrenamiento en la vida diaria o en la vida militar, debe dar más que los que no tuvieron ese privilegio.

CSB: ¿Usted se opuso a Perón en Argentina, a Duvalier en Haití, a Trujillo en República Dominicana, a Strossner, Videla, Ubico, Pérez Jiménez, no cree que esa multiplicidad de frentes, debilita su radio de acción y eficiencia?
EG: También me opongo a Bush, a Blair, Aznar y a otros títeres repetidores de la voluntad imperialista e insaciable de los grandes enemigos tradicionales de los pueblos. Al contrario de lo que usted señala, el denunciar a los malos, encararlos y enfrentar sus despropósitos es parte de la estrategia que debemos utilizar para la concientización de los que al fin llevarán a cabo la lucha. Si no educamos políticamente a los pueblos no podremos lograr que ellos en su momento juzguen y depongan a los detentadores de su progreso y desarrollo. Me hubiese opuesto a Calígula, a César, porque mi lucha no es contra un hombre en particular, sino contra un sistema en general. A veces coinciden sistemas y pervertidos en una misma coordenada de tiempo, pero aún no se diesen esas condiciones yo lucharía contra los perversos en particular y contra los sistemas injustos en lo general.

CSB: Algunos de sus adversarios afirman que usted no triunfó en Angola, que perdió en otros lugares de África y que finalmente fracasó en Centroamérica, ¿se siente usted un perdedor?
EG: Eso no es enteramente falso ni enteramente cierto. El hecho de que todavía muchos latinoamericanos no pierdan la fe en sus propias fuerzas, es una prueba de que el pensamiento revolucionario está vigente. Si de los millones de niños que trabajan a temprana edad, sin tener derecho a la educación ni a la comida, ninguno de ellos es cubano, es una prueba irrefutable de que la balanza de la historia me dará la razón. He cometido muchos errores, más de los que se le deben perdonar a un verdadero revolucionario, pero no ha fracasado una idea si en millares de personas permanece el deseo de reclamar respecto a su dignidad como ser humano, si un sólo hombre se educa, se libera, si un sólo hombre nace de nuevo en una sociedad que demanda hombres nuevos, es una victoria personal y colectiva de gran valía.

CSB: Pero en esos países, la historia dice que las probabilidades de que una revolución triunfara eran escasas, ¿por qué lo intentó usted?
EG: Porque no es necesario esperar a que las condiciones se den para empezar la liberación del individuo, no es necesario esperar a que las condiciones para una revolución se den en su totalidad, el foco insurreccional puede crearla. Así como el camarada Mao- Tse-Tung creyó que lo mejor del campo debe llevarse a las ciudades, lo mejor de nosotros debe ser llevado a donde no estén dadas esas condiciones. El hombre llega a su estado de completa humanidad cuando es capaz de ser productivo, sin que medie la necesidad física de venderse como si fuera una mercancía. Cuando el hombre no explota al hombre, está en camino la realización de una sociedad avanzada basada en la fortaleza espiritual y revolucionaria de los hombres que crean esa nueva sociedad.

CSB: Su apariencia desgarbada, rústica, se ha convertido en un icono a nivel mundial, Incluso muchas muchachas han afirmado que usted es un sex simbol americano. ¿Le agrada la idea de ser un símbolo?
EG: Desconocía que soy un símbolo y mucho más aun, que fuera un símbolo sexual. Esas son trivialidades pequeño burguesas, que en nada ayudan a que América Latina encuentre su camino. Un símbolo es Martí, como revolucionario, como poeta y como hombre. Un símbolo es Máximo Gómez que enseñó a los cubanos la Carga del andullo, como táctica y estrategia guerrillera, un símbolo es Guillén revalorizando al negro como negro, símbolo es Juan Bosch Gaviño, que armado sólo con la palabra creó dos entidades democráticas para luchar contra la tiranía. Un símbolo, Che, no haga reír. Si de algo me gustaría ser un símbolo es de la amistad como la más alta condición del ser humano, de solidaridad, porque he tenido como médico que curar a los míos y a los adversarios, que equivocados luchaban por ignorancia y no patriotismo. Si de algo me gustaría ser un símbolo es de la entrega. Pero soy un hombre limitado por las condiciones físicas y por las coordenadas históricas.

CSB: Desde el punto de vista del foco guerrillero, ¿qué aprendió usted de la Revolución Cubana?
EG: Además de que la amistad y la solidaridad son fundamentales entre los pueblos oprimidos, aprendí tres cosas más:

Las fuerzas populares pueden ganar una guerra contra el ejército regular.

No siempre hay que esperar a que las condiciones para la revolución estén dadas completamente.

En América subdesarrollada la lucha armada debe ser fundamentalmente en el campo.

CSB: ¿Cuál ha sido el desprendimiento más grande que ha hecho por la revolución?
EG: Indudablemente, no estar más tiempo con los viejos, ni dedicarle más tiempo de calidad a Celia, Hilda, Aleida, Camilo y a Ernesto. Lo demás lo abandonaría gustosamente de nuevo porque la cualidad más idónea de un revolucionario debe ser la solidaridad con otros, ser capaz de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo.

CSB: Gracias Dr. Guevara, por darnos un poco de su tiempo. ¿Hacia dónde se dirige ahora?
EG: Voy A Bolivia y a donde quiera que sea útil. Donde quiera que éste hijo de Argentina y ciudadano del mundo sea requerido.

CSB: Hasta la próxima Dr. Guevara.
EG: ¡Hasta la victoria siempre!

Cesar Sanchez Beras

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