Yermo y vacio, vacio y yermo, un páramo silente de resquebrajadas piedras de quietos quejidos, espinos que van y vienen con el viento y con el viento se diluyen en la tarde cuando el sol empinando sus calores comienza a despejar la puerta de la noche recogiendo una a una sus partículas de fuego.
Frio, frio que azota como látigo helado encogiendo el alma en escarchas de aceros envolventes, penetrantes, dolorosos; Sonidos agónicos, expectantes y sobre el techo de tus ojos un cielo límpido tachonado de estrellas refulgentes, guiñando parpadeantes, al temor congelante de tu miedo.
El desierto paraje agrio, seco, intimidante, suma de temor, calor sofocante en el día y frio extremo en las noches, como mi corazón desierto, sediento, derivante perdido, caminante tras las sendas de tus huellas que se dejan ver en el espejismo de mis ojos llorosos por el reflejo de la arena ardiente o por el dolor de haber perdido el oasis de tus labios.
Asdrovel Tejeda Acevedo
Entradas populares
-
Inmensamente Patria Te escapas de la palabra ausencia para colocarte estoica en este espacio donde yo sentada en el mismo centro de tu quebr...
-
NO ES QUE LA MUERTE No es que la muerte sea Casa de segundo plano plato de segunda fila Que no le demos la importancia que tuvo Simplemente...
-
Silencio, silencio que sube como marea alta del mar inclemente del tiempo, silencio, silencio que empaña los cristales de la ventana que ref...
-
Llueve profundamente y los relámpagos con sus destellos, alumbran por un instante y me deja ver, las nubes acumuladas en el horizon...
-
UNA LIMOSNA A mi querido amigo A.F. Cuenca. ¡Entrad!... en mi aposento donde sólo se ven sombras, está una mujer muriendo entre in...
No hay comentarios:
Publicar un comentario