Sumido en mis reflexiones y congojas, pienso que el pueblo dominicano es inmensamente bueno, creador de páginas históricas sublimes, tierno, honesto. Como en todo espacio ocupado por humanos, también, agrandados por medios, que nutren su crecimiento económico por la señalización y engrandecimiento de las taras y sellos defectuosos, que traemos en esta concepción divina del ser, ocupamos un espacio de maldad inherente a esa misma condición.
Nuestra historia desde su génesis está preñada de manifestaciones de entrega, sacrificio y valor, como también del medro, del dame lo mío, del engaño extremo, de la supra valoración y del uso, por políticos ignorantes y trepadores de la dadiva, como medio de dominio y sojuzgamiento.
Día a día podemos ver y vemos los que en su búsqueda de existencia, son capaces de vender su alma al averno, ese mismo que los ensotanados, con la cruz de la redención, eran capaces de variar por los osculos mismos del celibato, cualquier condena eterna.
Ver, como vi, al pueblo dominicano, confuso, triste, hambriento, con el cólera en su puerta, misma abierta de par en par por la incompetencia de los señores del poder, con apartamentos en Miami y acciones en los mercados bursátiles, rendir tributo de agradecimiento, celebrar la vida ,la risa, el don de gente,solidario,coherente y atenido a su condición dominicana en su máxima expresión de casabe, areito, tambor y cintura de fiebre morena con cadencias de rasgueo de guitarras, en el ole del pase de la capa con el traje de luces.
Reafirma las notas de mi bandera en este, mi corazón, desgarrado de pena por la partida de un hombre que en la balanza de Themis, sin onzas de más o de menos,caminara el camino de los justos, reafirma mi condición dominicana en el espacio perfecto y real de Dios Patria y Libertad.
Gracias Freddy y como en la vieja despedida Irlandesa. Querido amigo , es hora de despedirse , espero verte pronto y deseo :
Que el camino venga a tu encuentro,
Que el viento sople siempre a tu espalda,
Que el sol te de siempre en la cara,
Que la lluvia caiga lentamente en tu campo
y hasta, que volvamos a vernos…
Que Dios te tenga en la palma de su mano
