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viernes, 31 de mayo de 2013
lunes, 27 de mayo de 2013
LOS LOGICOS
Cada día
dicen quizás y en todas las esperas, desesperan inconclusas, en la lógica total
de sus decires. Nunca comprometen sus deseos, respetados en las angurrias de
sus pensamientos, serios. En las posibilidades del destino, esperan cabizbajos,
la mano que abran la puerta decidida.
Son los lógicos,
engreídos angustiantes de la historia, nunca por lógica hacen nada, abrazados a él epitome de
la verdad repetida, esperan que los otros hagan algo, entonces como el eco, reverberan y renuncian a la abracadante mudez que los consume.
En la
vendimia, gozan los mejores vinos y le ponen su nombre a la añada, cuando el
vino es bueno, aun cuando el lagar no
conoce las plantas de sus pies. Enfundados en la respetabilidad de su nombre,
que repiten sin cesar los lobos en los cementerios, cuándo la luna comienza su
cuarto creciente
Lógicos en
la ilógica de espera de la nada, sentados a la sombra de la higuera que áspera
y fea porque todas sus ramas son grises, esperan en la noche sentados el valor
de un poema triste, que allane sus dias y pare el tormento que agobia sus noches en la sinrazon ilogica de su nada.
Asdrovel A. Tejeda
Asdrovel A. Tejeda
ALGUNA VEZ
Yo también,
alguna vez, tenía un amigo, que me hizo mirarme en el espejo y descubrió
la sangre de un poeta imaginario, que bebía en el vinagre de mis vinos y, reía los cuentos
contados cada día a la misma hora, repetidos en las árganas angustiosas de mis
días. Sí, yo también tenía un amigo.
Yo tenía un
amigo que dibujaba versos en una servilleta de papel y que reía con carcajadas
de metales en el espacio posible del cariño, que amigo tenia, amigo de todos
los amigos en el camino posible de verdades que no se dicen y que sin decir
sabemos, en la suma que resta, en la vanidad de querencias posibles, que
sostienen las querencias imposibles de verdades inconclusas.
Mi amigo
cantaba a Leo en los jueves de Fabio y perdía las letras arropado al sentimiento de la simetría poética, dibujada en su sonrisa,
cuando sus esmaltes escapaban a la luna en busca del lado oscuro en el
menguante que besan las mareas que empapan las playas.
Que amigo
me dio la vida, perdido en su paraíso le dio blancura a sus versos, en el
mantel de la historia. Que amigo me dio la vida, que tesoro en la memoria, como
su copa vacía me llena el pensamiento,
Como su ausencia se allega al redil de mis recuerdos. Que amigo me dio la vida,
que vida me dio un amigo, alguna vez, amigo.
Asdrovel A. Tejeda
Asdrovel A. Tejeda
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