Debo admitir,que después de regresar de La República Dominicana,donde de manera incansable, traté de conseguir el génesis donde se nutren nuestros grandes compositores y excelsos vates con composiciones musicales de la talla de "La culebrita papi, la culebrita" ó alguna otra, digna de ser reconocida por los miembros en pleno de los Nobel, como:"Es que tu cuando comes camarón te gusta que te halen por los moños".
Al no lograr poder admirar y darle un merecido reconocimiento a estos genios de la creación literaria, un desánimo y un gran pesar se apoderó de mi alma, pensando incluso en abandonar este espacio, por entender que existe un movimiento solapado para que estas canciones tengan una vida muy efímera;porque, quien no recuerda con nostalgia y pesar la lírica majestuosa, la belleza implícita en letras de canciones como, "Ponmelo ahí que te lo voy a partir" ó aquella otra que hoy por hoy debe ser pieza obligada del coro angelical, "El concon mami, el concon."
Triste, abatido y pensando que de alguna manera el gusto del dominicano había dejado de florecer, se abre una luz de esperanza y de buen gusto, mi animo se enciende, mi espíritu se alegra y debo escribir para darle,con letras mayúsculas, la bienvenida a una oda parnásica DALE MARACA,MARACA MARACA. Que no se apague, no, que no se apague jamás el cerebro creador de estas letras, aunque sus dos neuronas protesten y resientan el esfuerzo.
ATA
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