LE LLAMABAN EL CHÉ

Con mis saludos y respetos a Nelson Soto, en las alturas Ocoeñas.

"HAY HOMBRES QUE LUCHAN UN DIA Y SON BUENOS"

Nació en la tierra de la pampa, de San Martin y Belgrano, de los Andes majestuosos e imponentes, a quien robó verticalidad y grandeza, un 14 de junio del 1928 en Rosario ciudad al este Argentino, la más popular e importante de la provincia de Santa Fé Puerto del río paraná y distante 300KM de Buenos Aires. Fue bautizado con el nombre de Ernesto Rafael Guevara de la Serna, la vida andando el tiempo le acotejó el "Che". Por su frágil salud, su familia se mudó para Altagracia, Córdoba, segunda ciudad Argentina fundada el 6 de Julio del 1573. Desde pequeño estuvo signado por hechos infrecuentes pues su educación primaria le fue impartida por su madre, Celia De La Serna, ávida lectora y de cuya biblioteca bebió del conocimiento de obras que dejaron en él una profunda e inacabable conciencia social, que creció además por la convulsa situación política de su patria y de alguna manera indeleble, por los refugiados de la Guerra civil Española.

"HAY HOMBRES QUE LUCHAN UN AÑO Y SON MEJORES".

Ingresó a la facultad de medicina de la Universidad de Buenos Aires con el propósito de buscar remedio a sus enfermedades, pero su espiritu inquieto le llevo a explorar el norte argentino donde fue tocado por los sobrevivientes de las etnias Guaranies, Tobas, Wichis, Kolla, Huarpes etc...y con los pobres de esta región del país.

Este viaje le motivó para que en el 1951 y junto a su amigo Alberto Granado decidieran viajar por el sur del continente visitando Chile, Perú, Colombia, Venezuela, llegando hasta Miami desde donde regresó a Argentina en donde terminó su carrera de medicina.

El contacto con la miseria de los pueblos que hasta ese momento habia visitado grabó en su corazón cincelándolo a fuego, el deseo de hacer algo que ayudara a mejorar las condiciones miserables de estos, especialmente de los indígenas remanentes que por cuatro, casi cinco siglos soportaban el yugo injusto de oprobio y opresión de hombres y mujeres que todos los domingos llenaban los templos para dar gracias al Dios que parecía no escuchar los lamentos quejumbrosos de los pobres marginados de las Américas.

Terminados sus estudios volvió a viajar a Bolivia y Guatemala donde vivió un tiempo y donde conoció a uno de sus amores HIlda Gadea, allí para ganarse la vida escribía articulos para periódicos y revistas. Era el tiempo del gobierno de Jacobo Arbenz uno de los más adelantados de la época,que produjo grandes cambios económicos y sociales y una reforma agraria, situación que llevó a un golpe de estado prohijado por la CIA en el año 1954. Ernesto se asiló en la embajada Argentina desde donde voló a Mexico, conociendo allí a los hombres del 26 de Julio e integrándose al movimiento revolucionario, al principio como médico, pero esto no fue óbice para que participara en los entrenamientos de Guerra de guerrillas siendo un obediente y esforzado alumno, es así que junto a otros guerrilleros parten en el Granma el 2 de Diciembre para Cuba, esta isla que fue liberada en 1898, estuvo intervenida por los Estados Unidos hasta el 1902, sin embargo a su salida se produjo la enmienda Platt, que fue revocada en el 1934 aunque los Estados Unidos siguieron teniendo un gran control en todos los asuntos de la isla. La situación política era tal que existía un gobierno ahora y otro más tarde, en el 1952 el 10 de Marzo se originó un golpe de estado que llevó a Fulgencio Batista a la sede del poder que había ostentado en dos anteriores ocasiones, la cota de corrupción y los problemas económicos fue el caldo de cultivo para un general descontento en la población isleña; es en este entorno en que los hombres del Granma logran pisar suelo cubano pereciendo casi todos, logrando salvarse 12 siendo el Che, apelativo con el que ya lo llamaban, uno de ellos.

En la sierra maestra por su valor, gallardía y arrojo se gana la estrella de comandante, siempre era el primero en la línea de fuego, siempre el último al descanso, siempre el primero al sacrificio, nunca pedía algo que no fuera capaz de hacer él mismo. Su enfermedad nunca limitó su dignidad ni su valía, fue el primer comandante en entrar triunfante en la Habana. En los primeros tiempos realizó diferentes trabajos; presidente del Banco Nacional, ministro de industria, etc., pudo quedarse en Cuba viviendo con honores y posiciones...Pudo.

"HAY QUIENES LUCHAN MUCHOS AÑOS Y SON MUY BUENOS".

En el 1964 sale a seguir luchando por lo que él creía firmemente, la dignidad del ser humano y que ésta condición está por encima de intereses mercuriales, que inherente a la vida hay unos derechos inalienables que no deben ser sojuzgados y quien no es capaz de dar la suya para mejorar la de muchos, no es merecedor del color del arco iris.

Luchó en el congo junto a Kabila y en el 1966 sale a Bolivia donde funda el ejercito de liberación nacional de Bolivia, después de grandes vicisitudes, traiciones y falta de apoyo, cae herido en Octubre del 1967 al dia siguiente de su captura es ejecutado, sus últimas palabras al soldado ejecutor: "Párese derecho y apunte bien, va usted a matar a un hombre."

Hay hombres que mueren cuando mueren y otros que empiezan a vivir tan pronto su osamenta es sembrada en el calor de la tierra.

En este mes de Junio Ernesto Rafael Guevara de la Serna, El Che, cumple 79 años de vida.

"PERO HAY LOS QUE LUCHAN TODA LA VIDA, ESOS SON LOS IMPRESCINDIBLES". (Bertolt Brecht)

HAY HOMBRES QUE NUNCA PARTIRAN

Hay hombres que nunca partirán
y se les ve en los ojos,
pues uno recuerda sus ojos muchos años
después de que han partido.
Pueden estar lejanos,
pueden aparecer a medianoche
(si están muertos)
y jugar a que viven.
Pero siempre, con la desolación de su
ausencia,
uno comprende que no han vivido en vano,
y que su esperanza
es la única esperanza digna de ser vivida.
Y los hombres que nunca partirán
suelen no aparecer en lo periódicos.
No se habla de ellos en las radios.
Su imagen no gesticula en la televisión
No son gente importante.
No circulan entre las altas esferas.
Son aquellos
que aceptaron el sufrimiento
y lo hicieron suyo para la salvación de otros hombres
sin decir una sola palabra
pero dejaron abiertos, bien abiertos sus ojos
para que nunca los olvidemos cuando ellos
hayan partido.

Miguel Arteche