Cada día
dicen quizás y en todas las esperas, desesperan inconclusas, en la lógica total
de sus decires. Nunca comprometen sus deseos, respetados en las angurrias de
sus pensamientos, serios. En las posibilidades del destino, esperan cabizbajos,
la mano que abran la puerta decidida.
Son los lógicos,
engreídos angustiantes de la historia, nunca por lógica hacen nada, abrazados a él epitome de
la verdad repetida, esperan que los otros hagan algo, entonces como el eco, reverberan y renuncian a la abracadante mudez que los consume.
En la
vendimia, gozan los mejores vinos y le ponen su nombre a la añada, cuando el
vino es bueno, aun cuando el lagar no
conoce las plantas de sus pies. Enfundados en la respetabilidad de su nombre,
que repiten sin cesar los lobos en los cementerios, cuándo la luna comienza su
cuarto creciente
Lógicos en
la ilógica de espera de la nada, sentados a la sombra de la higuera que áspera
y fea porque todas sus ramas son grises, esperan en la noche sentados el valor
de un poema triste, que allane sus dias y pare el tormento que agobia sus noches en la sinrazon ilogica de su nada.
Asdrovel A. Tejeda
Asdrovel A. Tejeda
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