El viaje de los escogidos

Érase un gran trasatlántico, que majestuoso recorría los mares del mundo. Tres plataformas en su imponente casco, componían su gigantesca estructura.

La primera, era lujo puro, con piscinas de agua tibia y fría, canchas de juegos de diferentes deportes, saunas, salones con maderas de ébano, mármol de carrara, todo el lujo que la imaginación pueda traer a la mente.

En ésta, viajaban un grupo muy reducído de personas escogidas alrededor del mundo, personas que por su afán, por su trabajo, su dedicación y su ética, habían logrado cambios positivos en las comunidades de donde eran oriundas.

La segunda, en donde iban una gran cantidad de personas, escogidas también, en todo el orbe, no era tan lujosa como la primera, pero estaba bien acomodada, tenia ciertas facilidades, así, que los escogidos para viajar en ella no carecían de lo necesario para estar cómodos y llevar su viaje con dignidad y respeto.

Fueron escogidos por sus esfuerzos, por tratar y aun equivocados, tener el coraje y la voluntad genuina de querer producir cambios positivos. Por ser éticos y porque aún recibiendo golpes y cayendo, fueron capaces de pararse y seguir tratando.

Por ultimo, la plataforma inferior, donde el humo, los ruidos infernales de las maquinas propulsoras, los derrames de aceites, sin facilidades sanitarias ni de ningún orden, hacinados, gran cantidad de seres, atérridos de frío, con hambre y ojerosos de no poder dormir, iban los temerosos, los que nunca trataron por temor a perder.

Los criticadores de las ideas y trabajos ajenos.
--Si no lo dije yo, no sirve--
Los equivocados perennes.
--Si lo dije yo, es lo que va--.
Los que lograron sin ética y dejaron su camino, coronados de cadaveres.
Los que para lograr sus metas, falsearon y mintieron.
Los que nunca, por ser muy "importantes" hicieron nada.
Los que hicieron de marcas y vainitas un fin de ellos mismos (... Y pensar que no hace mucho, lo único que se marcaban, eran las vacas).
Los que fueron capaces de venderse para lograr comprar.
Los mudos, que nunca elevarón la voz, por temor a equivocarse.
Los cómodos, que nunca tenian tiempo.
Los que voltearon la cara, para no ver la miseria.
Los que nunca buscaron, por no creer que existía.
En fin, los expositores de reglas que nuncan cumplían.

LA HISTORIA TENDRA QUE REGISTRAR QUE LA MAYOR TRAGEDIA DE ESTA EPOCA DE TRANSICION SOCIAL, NO ERA EL ESTRIDENTE CLAMOR DE LOS MALOS, SINO EL ASOMBROSO SILENCIO DE LOS BUENOS. MARTIN L. KING