Levántate, le dijo, levántate y en el interregno, le miraba disimuladamente con más enojo que tristeza, levántate!! Y su voz restallaba como un trueno en el silencio de la noche, deja tus sollozos y lamentos y ponte en pie para que la veas venir de frente.
Levántate…. Siguió un silencio largo y, de repente, un gemido angustioso rompió el silencio monacal de la noche, si hubiese podido, se le oyó decir balbuceante, como un eco lejano, como un trueno que va llegando a su final. Si hubiese podido, repitió, tratando de ponerse en pie.
Si hubiese podido navegar en las aguas de su piel con bandera de pirata en agonía y haber asolado las barreras de su defensa en la defensa total de mis angustias en este abordaje triunfante de derrota. Si hubiese podido, pecar sus pecados, entrando solapado en el infierno de sus pensamientos escondidos, cuando el mar agitado del deseo, la hacen rasgar las sabanas que besan su piel desnuda en esa casi muerte, que es la vida.
Si hubiese podido, jadeo, hollar sus huellas con las mías en este caminar errante que me va alejando, mientras más cercana esta la línea de mis sueños, que solo despierto puedo soñar, en el mar de los sargazos de mis culpas.
Levantarme, dices, verla de frente, verla de frente, ja, ja, ja, no puedo!!! No puedo verla venir de frente, está en mí, le doy vida, óyelo bien, no puedo verla venir……… Porque soy la muerte en vida, en esta vida casi muerte que respiro.
Asdrovel Tejeda Acevedo
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