No es el camino, sino el caminante, nunca la idea sin la acción, nunca el lamento si las lágrimas nos impiden sembrar la esperanza de la sonrisa, si el látigo resuena que el azote nos permita levantarnos y despertar el día con el grito triunfal de la vida.
Si aturdido te llenas de quejas, que el llanto sea el acicate para desbrozar la ruta y que esta te lleve en busca de polaris. A veces el dolor viene doliendo, que la espina que llevas sembrada en el corazón sea el tronco que como ariete abra las puertas de tu Elis permitiéndote seguir la senda de Bolívar.
Aun y a sabiendas que esta larga noche de oscuridad puede tener el despertar de un día sin nubes, de un sol radiante, porque llora mi alma brotando por mis ojos como perlas incoloras todas las penas del mundo?
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